Un diciembre fue la última vez que la vi en persona. Después hablé con ella algunas veces por videollamada y mensajes de texto. Estábamos planeado un viaje. Dos meses después falleció. Pero recuerdo esa noche fría de diciembre, veníamos saliendo de nuestra posada y nos quedamos platicando en el coche como de costumbre. Se iba a visitar a su familia y yo de viaje con la mía. En su regreso yo ya estaría en Austin. Así que nos abrazamos fuerte aún creyendo que nos volveríamos a ver. Fue la última.
Recuerdo que nos dimos un abrazo largo. No soy una persona muy cariñosa, ella era más, pero ese diciembre y los meses antes andaba sensible por las situaciones a mi alrededor. La muerte de mi abuela, un corazón roto, mi desempleo, y la incertidumbre de saber si aprobarían mi visa de trabajo o no. Cada que pienso en aquel tiempo se me hace el nudo en la garganta y se me llenan los ojos de lagrimas al creer que la vida, Dios, estaba siendo tan injusta conmigo. Me habían dado cuarenta y ocho horas para salir de Estados Unidos y regresar a México. Llegue con mis maletas, mi perro Bruno y mi enojo y confusión de vuelta a casa de mi padres. El darme cuenta lo equivocada que estaba cuando en realidad me estaban regalando días con mi mejor amiga, ahora esos meses fueron un regalo que no sabía que hoy atesoraría en su ausencia.
Todavía me pregunto; ¿cómo se lleva el duelo de perder a tu mejor amiga? Sigo sin tener respuesta solo se que el duelo representa todo el amor que le tuviste a esa persona por eso duele tanto la ausencia y en mi caso a veces se asoma por medio de la memoria
Esta postal la escribo para ella:
Ya casi cumplo tu misma edad, siempre me llevaste dos años de ventaja ahora esa brecha pronto se cierra. Tu te quedaste en treinta y yo continué viviendo. Al principio sin ganas de hacerlo, luego recordé lo mucho que te gustaba vivir y la manera en que disfrutaste tu vida. Hablo de ti todo el tiempo, te saco en la conversación. Incluso a personas que acabo de conocer les hablo de ti en tiempo presente, ya que a veces duele aceptar que solo te encuentras en mi pasado. En ocasiones me pregunto ¿qué estarías haciendo ahora?
He vuelto a sonreír, he reído pero también he vuelto a llorar por ti. He aprendido a disfrutar la vida sin ti pero sigue doliendo el pensar que no estás para disfrutarla conmigo. “Debí abrazarte más” son el tipo de pensamientos que me cruzan, a lo mejor es sólo porque ya no puedo hacerlo. Dejamos para después lo que creemos tener para siempre.
Amiga mía, en vez de enfocarme en los años que se te arrebataron quiero pensar en toda la vida que disfrutamos juntas. Vivimos demasiado, quizá por eso tuvimos el privilegio y el honor de conocer tanto a nuestros veintes. Los viajes en carretera, nuestro viaje a Europa, las pijamadas en casa de mis papás, las llamadas de Skype en nuestra adolescencia, nuestras platicas nocturnas en el coche, cantar karaoke hasta quedarnos sin voz aunque tu sí cantabas entonada. Tu risa contagiosa, tu adicción a la coca cola, tu carisma y lo sociable que eras. Me quedo con todo eso.
Ahora te veo en las amigas que se abrazan, en las que se toman fotos como solíamos hacerlo nosotras, en los viajes que se que hubieras hecho conmigo, te pienso al escuchar canciones que te gustaban y las miles de fotos que tengo guardadas. Estás en nuestras anécdotas que platico a los demás, es mi manera de mantener vivo tu recuerdo.
Con la esperanza de que nos volveremos a reencontrar. Feliz cumpleaños Ale. Un abrazo hasta el cielo, como el último que nos dimos ese veintitrés de diciembre.
Gracias por llegar hasta aquí,
Andrea
❤️🩹🥺
Lo ame - que hermoso escribes, pones en palabras tanto amor,me transportas a verlas juntas disfrutar la vida - Gracias 🙌🤍 sin duda Ale está sonriendo 🫶🏻